05 Ene
2016
Rincones para conocer la otra cara de Marbella
Cuando pensamos en Marbella, automáticamente se nos viene a la cabeza la imagen del glamour, el dinero, las celebrities, los coches y yates de lujo, las fiestas, y una amplia oferta turí¬stica de sol y playa. Pero además de ser uno de los destinos turísticos más importantes de la Costa del Sol, podemos encontrar en Marbella un precioso casco antiguo típicamente andaluz, con estrechas callejuelas, casas encaladas y balcones floridos. Hoy descubrimos la otra cara de Marbella. ¿Nos acompañas?
Barrio Nuevo
Literalmente, a un paso del Casco Antiguo de Marbella se encuentra el Barrio Nuevo. Su origen como suburbio del poblado del momento, se remonta al siglo XVIII derivado del crecimiento de la ciudad. Por aquel entonces ya existía al norte del poblado, extramuros, el barrio de San Francisco. El Barrio Nuevo se articula a lo largo de varias calles que han sabido mantener su aire tradicional a pesar de la cercanía con el tráfico de gentes y vehículos. Sencillas casas de cal, teja y vigas de madera, que antiguamente tenían su huerto y un pequeño corral
En la antigüedad se encontraba separado de las murallas del Castillo por el arroyo de las Tenerías, pero hoy encontramos un paseo accesible a pie para poder ver las casas de siglos con sus macetas cargadas de colores, la Cruz del Humilladero, donde Fernando el Católico aceptó las llaves de la ciudad de manos de los árabes, un 11 de junio de 1485, la capilla, los vecinos compartiendo el tendal y la charla de ventana a ventana sobre la calle.
La Virginia
Saliendo un poco del circuito de la llamada “Milla de Oro“, que comunica el centro de la ciudad con Puerto Banús, hay mucho para ver en la ciudad. Y generalmente de lo más tradicional y pintoresco. Tal es el caso de este barrio. La Virginia es el lugar donde encontrar el ambiente típicamente andaluz, con un toque chic, de paredes blancas, balcones cargados de buganvilias y gitanillas y calles con tradicional suelo de piedras. No es una urbanización cerrada, sino un barrio de hermosas casas, ritmo pausado y una pequeña placita de cuento donde encuentras la postal ideal: una terraza para comer o tomar algo a la sombra de los muros blancos, las flores y perfumes, el rumor del agua y la pequeñísima capilla.
Calle Guadalete, el barrio de pescadores
Frente al mar, junto al mar. La calle Guadalete es el eje por el que se ha desarrollado la vida de este barrio de pescadores desde hace generaciones. El Puerto de pescadores de Marbella está a escasos minutos de la Plaza de los Naranjos en pleno Casco Antiguo, y sin embargo, te sentirás a kilómetros de ese lugar.
Las pequeñas casas blancas, muchas convertidas en merenderos y chiringuitos donde se come el pescado más fresco de la ciudad, se alinean mirando las instalaciones del puerto y la playa de la Bajadilla. Con las puertas siempre abiertas, la ropa secándose al sol en las aceras, las macetas reventando de color. Te aconsejamos un paseo hasta el final del barrio, que luego accedas al puerto y vayas hasta el final del espigón y allí podrás disfrutar de las más hermosas imágenes de Marbella desde el mar.
El Castillo
Con ese nombre se conoce en la ciudad a la fortificación que empezó a levantarse en el siglo IX alrededor del poblado original. Se amplió en el siglo XIV durante la ocupación Nazarí, cobrando un gran valor estratégico y defensivo. De la antigua Alcazaba construida en lo más alto de las murallas, en el ángulo noreste de las murallas, queda aún una torre aunque queda bastante de las murallas en pie. En la plaza de San Bernabé, frente a la Iglesia de la Encarnación en pleno Casco Antiguo, puede verse un amplio sector restaurado en el cual pueden descubrirse algunos restos de capiteles romanos utilizados como material de construcción.
Dunas de Artola
De las playas de Marbella bien podríamos destacar la naturaleza virgen que aún podemos encontrar en un segmento de su costa, un ejemplo de ello es la playa de Cabopino, una de las mejores playas nudistas de España y de las mejor conservadas de Málaga justamente porque el entorno en el que se encuentra es una reserva de dunas.
Un ejemplo conservado y protegido de lo que alguna vez fue todo el litoral malagueño. La vegetación está adaptada para soportar la fuerte presencia del sol durante todo el día y la escasez de agua, así como el continuo azote del viento. Te aconsejamos que te des una vuelta por la Torre de los Ladrones, declarada Bien de Interés Cultural.
Y LO DEMÁS ES PASEAR Y DESCUBRIR…
Hay quién no deja el mapa ni un minuto y anda rápido a ver las Murallas, la Iglesia de la Encarnación o la Plaza del Santo Cristo, pero la mejor forma de disfrutar del casco antiguo es dejarse llevar por sus calles, sin preocuparse de hacia dónde van. Pasea y disfruta de su relajada atmósfera, de rincones hermosos y sobre todo… ¡no olvides la cámara de fotos!
Comercios y tiendas se alternan a bares y restaurantes; vivir el casco antiguo significa también pararse a curiosear en boutiques o tiendas de regalos, pero, cómo no, es lo mejor para tapear: una ruta de tapeo al atardecer en los bares de calle San Lázaro, cuando las luces empiezan a encenderse, no tiene precio.
Decidir qué hacer y qué ver en el casco antiguo de Marbella es algo que sobra, algo que ni siquiera es de aconsejar, por ello nosotros solo podemos decirte ve, y disfruta.
Marbella: un recorrido por su casco histórico
María